jueves, 29 de julio de 2010

No hacen falta pruebas de que Dios existe

En cierta ocasión un afamado astronauta se encontró con el prestigio médico que tiempo atrás lo había operado. En el transcurso de la conversación el astronauta afirmó:

- Estoy convencido de que Dios no existe.

- ¿Porqué? ¿Cómo es eso? – preguntó el médico.

- Viajé varias veces por el espacio, viví seis meses en la estación espacial, pasé horas enteras escudriñando el espacio, pero jamás vi a Dios.

El médico se quedó pensando unos segundos y repuso:

- Pues sabes que los pensamientos tampoco existen

- ¿Cómo?

- Pues bien, sabes que soy neurocirujano. He abierto y operado cientos de cerebros, inclusive el tuyo, y por más que he buscado, jamás llegué a ver o a tocar un pensamiento.

- Pero es que un pensamiento no es algo tangible, no es algo que se pueda ver y tocar a placer – replicó el astronauta – Los pensamientos existen, sin necesidad de que tengas pruebas físicas en tus manos.

- ¿Y que te ha hecho pensar que con Dios es diferente? ¿Y porqué quieres ver y tocar a Dios para convencerte que existe?

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