- ¿Qué está haciendo ahora?
- Trato de encontrar un nuevo tipo de acumulador – respondió Edison -, ya he experimentado con unos doscientos prototipos.
- Pero ha fracasado una y otra vez – dijo el joven.
- No – replicó tajantemente Edison –, no he fracasado ni una sola vez.
- Pero nunca han funcionado, esos no son buenos resultados.
- Mis resultados han sido extraordinarios. Ya sé que hay doscientas fórmulas que no me sirven para nada.
Con optimismo y perseverancia, Edison siguió trabajando y poco tiempo después, en 1877, presentó su nuevo invento, el fonógrafo, el primer aparato capaz de grabar y reproducir sonidos.
Frente a un experimento, un trabajo, un proyecto y hasta la vida misma, un resultado negativo no es un fracaso a menos que uno desista de seguir intentándolo. Todo tropiezo, toda caída, es en realidad un aprendizaje que si se afronta con optimismo y perseverancia, nos traerán extraordinarias enseñanzas sobre las cuales podremos forjar el camino hacia el éxito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario